El Boni: “Yo no me quedé, a mí no me dejaron regresar”



Las series televisivas Descamisados o Memorias de un abuelo lo dieron a conocer ante el público cubano. Pero fue David Calzado quien lo bautizó como “El Boni”, y en sus  tiempos con la Charanga Habanera, Ebblis Valdivia se convirtió en uno de los músicos jóvenes más populares del país.

Respaldado por el triunfo en la popular agrupación de música bailable, Ebblis decidió separarse de la timba, y unirse a su hermano Kelly para formar el dúo Boni y Kelly (BNK). Desde el inicio el éxito de estos muchachos entre los consumidores juveniles de la música era palpable: “pegaban” sus temas, los videos clips clasificaban entre los más populares y tenían una “fanaticada” que los seguía. Pero un día simplemente desaparecieron del panorama musical cubano. Boni y Kelly pasaron de ser un dúo reconocido, a un completo misterio en nuestros medios de difusión.
En 2013, casi que con la misma premura con la que se esfumaron, este par de hermanos cantantes reaparecieron en un programa de la Televisión Cubana. Sin que se sintieran obligados a dar explicaciones, volvieron a hacer su trabajo y a la altura de 2016 Ebblis, el Boni, prepara un nuevo material en solitario, aunque, aclara, no ha roto con su hermano.
¿Qué fue lo que pasó con Boni y Kelly en 2006, cuando desaparecieron de todos los medios nacionales?, le pregunto, para romper el hielo, en esta conversación con OnCuba durante una pausa de su grabación.
“Nunca quisimos irnos —me responde Ebblis— Nuestro interés era hacer carreras paralelas: una en Cuba, otra internacional, pero no se nos permitió. Es frustrante que intenten limitarte tu elección personal según donde vivas, donde trabajes, y fue muy duro escuchar que si elegíamos otro camino, no podíamos mantenernos en nuestro país”.
¿Salir definitivamente de Cuba fue una decisión del dúo?, le insisto.

“No, para nadaEn ese momento si salías más tiempo del permitido era complicado regresar.
Como dúo fuimos invitados a un concierto a Panamá. Una propuesta derivada del proyecto Alas de Shakira, el cual recauda fondos para niños pobres. En ese propósito estaban vinculados artistas muy reconocidos como David Bisbal,  Maná, Juan Luis Guerra, Alejandro Sanz, Rubén  Blades. Y tuvimos el honor de que nos pidieran abrir ese concierto.
El inconveniente que nos impidió retornar fue que la fecha del espectáculo era 10 días después de que culminara nuestra estancia en Panamá, no según lo que decía el visado, sino en cuanto al permiso dado por la empresa de música cubana que nos representaba. En esas circunstancias solicitamos una prórroga para poder participar en el proyecto Alas. Era una experiencia que ningún músico desaprovecharía, pero la empresa, o la persona que la dirigía, nos negó el permiso. No entendimos por qué: estábamos costeando todo nuestros gastos, y además era una oportunidad para promovernos y hacerlo también con la música cubana.
Mi hermano y yo nos arriesgamos a hacer el concierto. Luego, cuando íbamos a regresar nos dijeron que no, que teníamos denegada la entrada, que éramos unos “desertores”. Es difícil oír que te llamen traidor cuando te sientes cubano y  crees tener derechos en tu país.
Durante tres años no pudimos entrar a la Isla. Después comprobamos que esas trabas no eran parte de una política del país, que quien estaba  complicándonos el regreso era una persona en específico. Es por todo eso junto que aclaro que yo no me quedé, a mí no me dejaron regresar.”
¿Y durante ese período qué hicieron?
Vivimos entre México y España. En ese período grabamos tres discos compactos (CD): La vida esDame tu mano y Todo el mundo se enamora. El primero nos dio a conocer, posibilitó giras, filmar videos clips… Sonamos mucho en Los 40 Principales, que es la estación más importante de España y estuvimos en las cadenas Dial y Ser, las cuales son el imperio radial de ese país. Y allí no entramos con música bailable, sino con baladas como Perdóname que estuvo en todas las listas de éxito  y La otra cara, que también fue número uno y tema de verano.
Ustedes hacen música pop, pero lo más conocido de la música cubana es su vertiente bailable. ¿No fue ese estereotipo una traba para internacionalizarse?
“Totalmente. Cuando nos invitaban a la televisión nos presentaban como un dúo que llevaba todo el ritmo del caribe, que los pondrían a bailar… Y entonces nosotros salíamos con una balada.
Para un artista cubano es muy complicado lograr reconocimiento internacional, y aún más si su género es el pop. Es imprescindible tener una disquera que te apoye, y sobre todo una base económica para hacer campañas de promoción en tv, radio, giras. Es complicado, pero se puede. Ahora mismo está el ejemplo de Gente de zona que ha logrado éxito mundial, rompiendo  todas esas barreras presentadas como imposibles.
En nuestro caso, a pesar de llevar a España una propuesta  diferente de lo esperado de un cubano, el público nos acogió bien.”
Si tenían la aceptación del público, una vida construida en otro lugar, proyectos de trabajo… ¿por qué deciden regresar a Cuba nuevamente?                                              
“Regresé a Cuba porque nunca quise irme. Pertenezco a esto aquí, al lugar donde las personas más siguen mi trabajo. Es natural la ambición de querer reconocimiento fuera de tus fronteras, pero también siempre he tenido los pies en la tierra: no todos somos Alejandro Sanz. Me interesan varios públicos, pero el primero es el cubano.
Cuando volvimos a insertarnos en las propuestas nacionales nos preocupó la aceptación. Durante años no se divulgó nada sobre nosotros. Había una enorme posibilidad de que nos hubiesen olvidado, pero la gente recordaba temas de cuando sonábamos aquí como FanáticaEs una lástima y Ese soy yo.
Para reencontrarnos con los seguidores de BNK, la empresa de música popular que nos reinsertó, facilitó el acceso a la radio, la televisión, los medios impresos, a todas las plataformas de difusión. Además de posibilitarnos conciertos en vivo.
En estos momentos estoy haciendo un disco en solitario. Con temas de Osmany Espinosa, ocho de los 10 temas son suyos. La producción saldrá bajo el sello de la EGREM y con la disquera italiana Planet Record.
Este disco es mi oportunidad de mostrar mi trabajo en solitario y que la gente lo evalúe. Para impulsarlo, en marzo comienzo una promoción intensa en España, y luego en Estados Unidos específicamente en la Florida, donde están los espectadores que más se interesan por nuestras propuestas, porque también son de esta Isla.
Esa es una prueba más de que el artista, las personas nacidas aquí somos de Cuba, da igual donde vivan.”



Fuente: oncubamagazine.com






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